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martes, 3 de septiembre de 2013

Definiendo el amor


Y antes de definir el amor, aclaremos que significa definir. Dicho en otras palabras definamos definir antes de comenzar a definir.

Definir es: “Exponer de manera exacta y clara el significado de una palabra” o también: “fijar y enunciar con claridad y exactitud la significación de una palabra”

Ahora sí, definamos Amor (con mayúscula): ‘Sentimiento intenso de profunda afección”, “Afecto intenso que se tiene hacia una persona o cosa”: “Cuidado, atención y gusto que se pone al hacer una cosa”, “Sentimiento de atracción emocional y sexual que se tiene hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común”, “El más espectacular, indescriptible, profundo sentimiento eufórico  que se siente por alguien”

Amor, palabra que define algo increíblemente poderoso.
El amor fusiona dos seres, es personal, va hasta lo más profundo. 
Hasta lo más íntimo. 
Transforma malos olores en agradables, borra defectos. 
Embellece.
Cuando estás enamorado, enamorada, siempre quieres estar junto a tu amor. Y cuando no estás con él, con ella, estás pensando en estar juntos porque necesitas esa persona y sin ella tu vida no tiene sentido.
 Nadie puede hacerte volver atrás, ni decir que estás confundido, tú conoces tus sentimientos.

Es incofundible, nadie, en su sano juicio, afirmaría que tu amor no es sincero. Basta con verte la cara. 

Cuando amas te percatas que tus actitudes son importantes, lo que se percibe exteriormente, tu comportamiento, cambia.
 Eso mana de lo profundo de tu persona, es el vaso mitad lleno todo el tiempo. 
Tu pareja es lo mejor, el objeto de tu amor es lo máximo, nada se le compara. 
Hay tres tipos de amor, de acuerdo a los griegos antiguos: Filial, Eros, Agape.
Si eres madre, sabes del amor filial. Satisfacer las necesidades de ese pequeño que tienes en tus brazos es la mayor prioridad de tu vida.

Y en todos los amores, cuando el objeto de tu amor está en paz, tú estás en paz. Cuando el objeto de tu amor es feliz, tú eres feliz.
Le confías tu vida, eres incondicional.
Le amas tanto que harías cualquier cosa por esa persona.
Cuando en verdad amas a alguien, sus necesidades están antes que las tuyas. 
No escondes nada de ti, descubres todo a la persona amada, porque sabes que te acepta tal como eres. Y por supuesto, tú también.

Te duermes pensando en ella, y si es posible, con ella. 
Y es en la primera que piensas cuando despiertas. 
La persona amada llena tus horas, tus pensamientos, tus sentidos. 
Y no te guardas nada de reserva , lo que tienes, lo que puedes dar,  lo presentas, lo entregas, con desprendimiento, sin egoísmos. 
El amor pone una sonrisa en tu cara que no se puede borrar. 
Es puro regocijo.

¿Estás de acuerdo?

Si lo estás, has visto la punta del iceberg. Lo mejor está todavía escondido.

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito (único), para que todo aquél que cree en El, no se pierda, sino que tenga vida eterna” Juan 3:16

Tu hermano en Cristo
Roosevelt Altez
Escríbenos a raltez@gmail.com